ARTESANOS DEL VIDRIO
La historia refiere que el vidrio emergió por casualidad. Mercaderes fenicios que preparaban su comida, al no hallar piedras para colocar sus ollas al fuego, emplearon parte del Natrón que comercializaban. Al día siguiente, vieron como las piedras de Natrón se habían fundido y su reacción con la arena produjo un material brillante. La transparencia fue introducida siglos más tarde por los romanos, a través de las técnicas artesanales de soplado. La forma de los objetos decorativos, se obtiene a través del soplado del mineral ardiente. Se introduce aire dentro de una pieza fundida a 1600 °C, por medio de un largo tubo metálico, creando así una burbuja que permite hacer maleable el material. Diversas innovaciones tecnológicas vienen llevando al olvido estas usanzas, que son reemplazadas por técnicas industriales de producción en masa. Sin embargo, en Bogotá persisten quiénes pueden ser los últimos herederos de la tradición del vidrio soplado en Colombia. La piel de estos maestros del vidrio, ha sido moldeada por los años en este laborioso oficio. Pero las décadas frente al horno candente, también han forjado amistades férreas y una fuente modesta de ingresos. La modernidad ha vuelto a estos hombres invisibles, pero su arte aún germina en las montañas del sur de Bogotá. Esta serie relata un día en la labor de estos míticos artesanos. Serie ganadora de la convocatoria de IDARTES: PREMIO DE REPORTERÍA GRÁFICA: UN DIA EN LA VIDA DEL PATRIMONIO CULTURAL EN BOGOTÁ (2016), Categoría: Patrimonio Inmaterial SEGUNDO PUESTO Resolución 0522 del 5 de julio de 2016.